Horrocruxes, artefactos que guardan la oscura alma de Voldemort: ¿jamás en la historia existieron objetos protectores de espíritu similares?

En el sexto libro de Harry Potter aparece por fin el secreto del poder de Lord Voldemort: los horrocruxes. Estos malvados artefactos contienen una parte de su oscura y corrompida alma, que la guardan para que así Voldemort no pueda morir, porque su alma sigue intacta en el mundo de los vivos. Pero esto le salió caro, ya que la pérdida del alma, la acumulación de todo lo bueno y bello de los seres humanos, le volvió malvado y tenebroso. Sin embargo, ¿Voldemort es el único "desalmado" de la historia? ¿Son los horrocruxes invenciones totales de J.K.Rowling? Para responder a ello tenemos que trasladarnos a Rusia, en la época medieval.

Entre los personajes de cuentos populares rusos, encontramos a uno muy curioso: Koschéi, el Esqueleto Perpetuo. Se trataba de un temible guerrero que no podía morir porque su "alma" o "muerte" no estaba dentro de su cuerpo, sino en un huevo o en alguna isla perdida. Allí guardaba su alma para evitar morir, pero debido a ello era un personaje malvado. Sin embargo, el zárevich Iván y su fiel amigo Bulat el bravo, consiguieron recuperar su muerte, que estaba dentro de una aguja, que estaba dentro de un huevo, que estaba dentro de un pato, que estaba dentro de una liebre, que estaba en un tronco enterrado, que estaba a los pies de un roble, que estaba en una isla, que estaba en mitad del océano. Cuando lo consiguieron, clavaron la aguja en el cuerpo de Koschéi y la rompieron. El Esqueleto Perpetuo, al ver destruido el receptáculo de su alma, cayó muerto.

Una vez más, J.K. Rowling ha escogido completar su obra y resolver ese misterio que tanto nos tenía intrigados a través de una de las muchas leyendas que pueblan nuestro mundo. Harry Potter ha sido creado con retazos de la imaginación de nuestra querida autora y de muchas de las mitologías de nuestro folklore retocadas para dar pie al que sin duda es uno de los libros más famosos de nuestra época. Si alguno de los lectores quiere conocer más "coincidencias" como ésta, lo que debe hacer es mirar hacia abajo en esta página.

Las varitas mágicas, los objetos in-dis-pen-sa-bles de los magos: ¿son los únicos artefactos lanzadores de hechizos de la Historia?

¿Quién no conoce las varitas mágicas de Harry Potter y los numerosos hechizos que se pueden lanzar con ellas? Las varitas de los magos son su fuente de poder, las que canalizan su magia y le dan forma. Unos hechizos son útiles y sencillos: (alohomora, lumos, wingardium leviosa...), otros más poderosos y para la lucha: (especto patronum, expelliarmus, sectumsempra...), y algunos, incluso tenebrosos: (imperius, cruciatus, avada kedavra...). Pero sin embargo estas varitas no son los únicos objetos capaces de usar la magia de este modo que ha habido en el mundo.

En el Antiguo Egipto, había sacerdotes que oraban a los dioses para obtener sus dones y dominarlos a su voluntad. Los sacerdotes llevaban siempre una vara, que acabó por distinguirlos y convertirse en su símbolo de poder en la sociedad egipcia. Como los sacerdotes trataban de hacer que los dioses hicieran lo que ellos quisieran, los egipcios, que eran muy supersticiosos, acabaron por creer que los saceredotes tenían el poder de los dioses y eran capaces de lanzarlo a voluntad. Al no separarse nunca de sus varas, se creía que en estas varas residía su poder y eran ellas las que desataban el poder de los dioses, aquello que ahora nosotros llamamos: magia. Y en Egipto también fue donde empezó toda la magia. Se tiene constancia de que una vez un mago llamado Djedi llegó a palacio para entretener al faraón, y entre sus trucos está el haber decapitado a un ganso y acto después, pegarle la cabeza y devolverlo a la vida.

Podemos observar como J.K.Rowling ha escogido este mito para completar hasta el último tramo de su gran libro y darle algo a su protagonista que represente su poder mágico. Las varitas han sido escogidas por nuestra autora por lo conocidas que son y también por un poder que la mayoría conocemos pero lo ignoramos. Si miramos más abajo, podremos ver muchos más de todos estos relatos plasmados en la reconocida obra universal de la autora más conocida del mundo.

Los inferi, los espeluznantes muertos vivientes: ¿las únicas criaturas de los hechiceros oscuros que existen?

Quien se haya leído ya el sexto libro de Harry Potter, habrán visto que se habla de unos extraños seres llamados inferi. A quien no se haya leído el libro, y lo entendemos, porque es muy nuevo, se lo explicaremos: son cadáveres de la gente que ha matado el Señor Tenebroso y que éste utiliza como si fueran vulgares marionetas mediante magia oscura. Hace que se muevan, que anden, que le obedezcan y que ataquen a todo aquel que no se le una. No hay distinciones: hombres, mujeres, adultos, viejos, magos poderosos en vida, muggles, y hasta niños. La pregunta es: ¿estamos a salvo de ellos? ¿No han existido nunca hasta que se publicó el libro en febrero? Hemos de temernos que no, ya ha habido más criaturas así de horribles.

El África negra, donde nunca ha llegado la cultura y la civilización, donde no tienen más medio de vida que la caza y el ganado, es el mejor lugar donde desarrollar mitos y leyendas llenas de misterio, ya que los humanos no tienen medios para explicar lo que ocurre a su alrededor. Allí, los brujos emplean todo tipo de hechizos y ritos para curar a los enfermos, para alejar a los malos espíritus... Sí, allí se cree mucho en los espíritus, y casi todos son malos, que tratan siempre, sin descanso, de hacer el mal a los hombres. Y también hay hechiceros malvados. Ellos usan su magia para hechizar a los hombres de los modos más horribles (el ébola, la malaria, la lepra...). Y su forma más macabra de mal es usar a los zombies. Los hechiceros cogían el cadáver ya descompuesto de un hombre, y lo resucitaban, creando a una criatura que no podía morir, lanzaba terribles maldiciones a los hombres, los transformaba en uno de ellos si les mordían, no conocían el miedo, no podían ser parados, no conocían el dolor. Había una manera de librarse de su mal, y era la sal. La sal, que evita la podredumbre (algo que los zombies sufren), si les tocaba, les obligaba a "volver a la tumba para no regresar a la Tierra jamás". Si se creaba un círculo de sal, éste no podía pasarlo. Pero en África la sal es escasa, muy escasa; y todavía más valiosa, por lo que si lo veías, tenías que huir.

Podemos observar que, de nuevo, J.K. Rowling se ha aprovechado de un mito muy conocido por todos nosotros, para dar el toque y la forma que su libro necesitaba. No se trata de algo que la escritora más famosa del mundo haya sacado de su imaginación, sino que ha cogido a estos seres y no ha hecho sino cambiarles el nombre para poder terminar el libro que tanto hemos esperado y que tanto nos gusta a todos. Para quienes tengan sed de ver más relaciones de los libros de Harry como ésta, sólo tienen que mirar hacia abajo en esta página.

Dobby, el diligente elfo doméstico: ¿un servidor imposible de encontrar fuera de los libros de Harry?

Ya hemos visto en la película de la Cámara Secreta a una criatura pequeña, con una nariz aguileña, orejas puntiagudas y huesuda que ayuda a los magos en las tareas del hogar: un elfo doméstico. Pero la pregunta es ¿hay más criaturas dispuestas a hacer las tareas del hogar sueltas por ahí? ¿Dobby es de verdad una criatura totalmente inventada por J.K. Rowling, sin ningún lazo fuera de los libros de la autora? Las respuestas son respectivamente sí y no.

En la zona de la Centroeuropa eslava, aproximadamente a la altura de Rusia, antes de que se asentara el cristianismo había muchos mitos y leyendas, entre las cuales, había una que hablaba de una criatura llamada domovoi. Aunque se le consideraba un espíritu guardián, en realidad sólo era una pequeña criatura del tamaño de un ratón, cubierto de pelo por todas partes, incluso por las palmas de las manos y las plantas de los pies. La única parte de su cuerpo que no tenía pelo era su gran narizota. Pese a su aspecto, era muy bondadoso y diligente: por las noches barría la casa, limpiaba las cuadras, preparaba el agua del pozo y mimaba a los caballos. El dueño de la casa podía tener uno y no se daría cuenta.

De nuevo vemos que "no hay nada nuevo bajo el sol".Aunque en su aspecto no se parezcan, son en realidad, criaturas con la misma forma de ser. J.K. Rowling no ha hecho nada sino copiar a una criatura que poco conocemos y llevarla a su mundo, en ésta ocasión, bajo la forma de nuestro querido elfo Dobby. Ésta no es la última extracción de mitos y leyendas que la autora de Harry Potter ha hecho para sus libros: también hay muchas otras. Más abajo veréis más.

Fluffy, el perro de tres cabezas: ¿único en el mundo?

Todos hemos visto la película de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Ahí podemos ver a Fluffy, un enorme perro de tres cabezas. Pero este no es el único perro con tantas cabezas que se ha inventado en toda la historia. En la antigua Grecia también hubo otro, conocido como Cerbero, un perro con tres cabezas que también guardaba algo, como Fluffy: la entrada a los infiernos. Si algún alma quería escapar, sus tres cabezas siempre vigilantes la atrapaban con sus mandíbulas.

Como podemos ver, Fluffy no es un personaje totalmente nuevo e inventado, sino que ha sido recogido de un mito, como tantos otros que ya veremos. Esta no es la única coincidencia que tienen Fluffy y Cerbero. Si estuvimos un poco atentos a lo que dijo Hagrid, comprobaremos que dice "Sí, es mío, se lo compré a un griego hace un año y se..." un griego... ¿quizás algún mago poderoso sacó al terrible Cerbero del infierno y lo vendió? No podemos saberlo a menos que J.K. Rowling invente en su libro que sí fue así o que no fue así.

Otro detalle que nos lleva a lo mismo es cómo burlaron a Fluffy (para los desmemoriados se lo recordaremos: en el libro fue tocando una flauta, aunque los productores de la película decidieron sustituirlo por un arpa). Y no es coincidencia que en vez de flauta fuera arpa: una antigua leyenda de Grecia dice que cuando el héroe griego Orfeo perdió a su amada Eurídice, decidió descender hasta los infiernos para recuperar su alma y devolverla a la vida. Orfeo era un semidiós que tocaba el arpa tan bien que hasta las piedras lloraban; así que en vez de recurrir a la fuerza, tocó una canción de su lamento tan dulcemente que conmovió y adormeció a Cerbero y hasta al mismo dios de los infiernos. Pero no terminó bien: Orfeo acabó perdiendo otra vez a Eurídice por culpa de su impaciencia, al girarse a mirarla antes de salir del Inframundo.

Como vemos, esta leyenda es lo que explica que Fluffy se durmiera al sonido de la música, en vez de ser el típico amansamiento que estamos acostumbrados a oir.

En resumidas cuentas: Fluffy no es ninguna invención sino una copia de una leyenda que bastantes de nosotros conocemos, pero que nunca nos hemos parado a pensar en ello.